PUERTO RICO – Belleza Natural

PUERTO RICO - PLAYAS

Hace 500 años, un legendario jefe militar gobernó un paraíso tropical en representación de un rey que vivía a un mundo de distancia. En sus últimos años como gobernador, ese militar dirigió una expedición mítica en búsqueda de un manantial de salud cuyas aguas pudieran devolver la juventud. Si bien nunca encontró la fuente de juventud eterna que buscaba, Juan Ponce de León alcanzó inmortalidad histórica al descubrir Florida. Y lo mejor de todo es que aún se puede disfrutar del paraíso tropical que él gobernó y que actualmente se llama Puerto Rico.

Aunque Puerto Rico es más conocido en los últimos tiempos por las super estrellas contemporáneas como Jennifer López y Ricky Martin, la isla aún posee el “rico puerto” de tesoros que cautivó a Ponce de León. En ese crisol de culturas, las tradiciones africanas e hispanas se mezclaron con las indígenas para crear una cultura vibrante. Por ejemplo, la lengua y religión locales, el castellano y la católica, están imbuidas de toques indígenas y africanos.

La pintoresca historia de Puerto Rico, su clima tropical y su singular patrimonio cultural, lo convierten en un destino de vacaciones en cualquier época del año. La isla tiene solamente 100 millas de largo por 35 de ancho, algo muy conveniente para los turistas. Donde se quiera ir se llega en menos de tres horas, sin importar dónde se encuentre la persona.

Hasta la muralla misma de la ciudad vieja es una maravilla… con bloques de piedra arenisca de más de 20 pies de ancho en algunas partes
La mayor parte de los viajes a Puerto Rico comienzan en la ciudad capital, San Juan. Debido a que ésta ofrece variedad y recursos, muchos visitantes hacen de San Juan su “casa” durante su estadía en la isla. Las diferentes zonas de la ciudad ofrecen de todo, desde lujosos hoteles internacionales y complejos turísticos, hasta museos de arte, galerías comerciales, finos restaurantes, juegos de azar estilo Las Vegas y visitas a la destilería de ron más grande del mundo, con degustación incluida. De noche, los incontables clubes nocturnos y bares de San Juan cobran vida con música salsa y jazz en vivo. Por eso, que a nadie se le olvide traer consigo sus zapatos de baile.

El corazón de la capital es el “Viejo San Juan”, una histórica zona amurallada que comprende siete manzanas de calles cubiertas con adoquines de piedra, salpicada de arquitectura colonial, museos y galerías de arte. La mejor manera de conocer esta área es a pie. Se puede recorrer lugares destacados como la hermosa Catedral de San Juan, donde se encuentra la tumba de Ponce de León y el imponente Fuerte San Felipe del Morro, conocido como “El Morro”, situado en la entrada a la Bahía de San Juan. También se puede visitar el Fuerte de San Cristóbal, que da forma a la entrada del lado este de la ciudad amurallada; La Fortaleza, terminada en 1540, que es la mansión actual del gobernador y la más antigua del hemisferio occidental aún en uso actualmente; y Casa Blanca, que fue la residencia de los descendientes de Ponce de León durante 250 años, antes de convertirse en un museo.

Hasta la muralla misma de la ciudad vieja es una maravilla. Conocida como “La Muralla”, fue construida entre 1539 y 1782 con bloques de piedra arenisca de más de 20 pies de ancho en algunas partes, como medida de prevención contra ataques enemigos.

Otro lugar notable en el Viejo San Juan es el Museo Pablo Casals, que ilustra la carrera del renombrado violoncelista y es donde anualmente se lleva a cabo el Festival Casals.

Para tener una percepción real de la época, se debe pasar una o dos noches en el Hotel El Convento o en The Gallery Inn. Ambas son edificaciones imponentes del siglo XVIII, renovadas recientemente como hoteles modernos. Sin duda también se querrá visitar la principal zona comercial de el Viejo San Juan, conocida como la “Calle del Cristo”. Aquí se vende artesanía local, tal como, santos de madera, encaje mundillo y máscaras multicolores de vejigantes, hechas de papel maché y elaboradas con mucho detalle.

Los que se aventuren a salir fuera de San Juan en un auto alquilado, o en una visita guiada en ómnibus, hallarán un sinfín de atracciones en todas direcciones. Actualmente, hacer turismo es más fácil que nunca gracias a los kioscos de información con tecnología de punta que atienden las 24 horas, distribuidos en toda la isla. Estos kioscos proporcionan mapas, información de lugares de interés de la localidad y hasta reservaciones en hoteles, todo sin costo alguno.

Los que viajen rumbo al sudeste de San Juan encontrarán, una hora más tarde, el bosque tropical “El Yunque”. Este espectacular ecosistema es el hogar de cientos de especies de árboles tropicales, flores y vida silvestre y se encuentra a corta distancia de la playa Luquillo, uno de los tramos de arena blanca más populares de las costas de Puerto Rico. Al oeste de San Juan se ubica una de las maravillas naturales más antiguas de la isla, las cavernas del río Camuy. Se puede descender y apreciar el tercer sistema de cuevas más extenso del mundo y un río que lo atraviesa, así como vegetación tropical, estalagmitas y formaciones geológicas que tienen una antigüedad de millones de años.

La segunda ciudad de Puerto Rico, Ponce, queda al sur de San Juan. Es famosa por sus innumerables plazas, iglesias históricas y el Museo de arte de Ponce. Concebido por el mismo arquitecto que diseñó el Museo de arte moderno de Nueva York, el Museo de Ponce contiene una colección de arte europeo que se compara con las exhibiciones de París. Los que desean tomar sol pueden pasear por la alameda a lo largo de la playa. A esta zona se le conoce por la cantidad de kioscos que sirven variedad de manjares fritos. No se debe dejar de probar las frituras, que es masa frita de harina rellena con casi todos los ingredientes del mar o tierra.

La Parguera, un pueblo costeño a unas pocas horas al sudoeste de San Juan, tiene algunas de las mejores playas de toda la isla. Pero los visitantes tendrán que esperar hasta el anochecer para presenciar una de las atracciones más famosas del pueblo, una magnífica bahía fosforescente. Los operadores de embarcaciones locales los llevarán a ver este increíble fenómeno, que se aprecia mejor bajo un cielo sin luna, o con pocas nubes. Cuando el capitán apaga las luces, el agua alrededor del barco se enciende de color azul verde fosforescente. Si se pasa las manos por el agua se genera un chispeante centelleo como rayos de luz provocado por los peces al nadar velozmente ¿El secreto de esta magia luminiscente? Las aguas contienen una de las concentraciones más densas de pláncton bioluminiscente, que son “luciérnagas” microscópicas del trópico.

Las antiguas culturas de Puerto Rico se pueden apreciar en el Centro ceremonial indígena de Tibes, un sitio arqueológico que quedó al descubierto debido a un huracán en 1975. El parque contiene objetos arqueológicos de civilizaciones que vivieron en la isla en la época del nacimiento de Jesucristo. No se debe dejar de visitar los bateyes, o campos de juego de pelota, los misteriosos petroglifos y la reproducción de una villa indígena.

El pasado más reciente de la isla cobra vida en la Hacienda Buena Vista, una plantación de café restaurada que permite a los visitantes hacerse una idea de lo que fue la vida rural en el siglo XIX.

El Faro Maunabo, edificado en el siglo XIX, ofrece vistas bellísimas del mar Caribe y de la isla Vieques. Vale la pena hacer el viaje de 90 minutos en transbordador, o 15 minutos por avión, para visitar Vieques y su vecina Culebra, partiendo desde el oriental puerto de Fajardo. Tanto Vieques como Culebra son refugios nacionales de vida silvestre que ofrecen oportunidades espectaculares para estudiar pájaros.

A pesar que Puerto Rico tiene abundantes tesoros históricos, también posee un fascinante enlace con el futuro por medio del observatorio de Arecibo, ubicado en el extremo noroeste de la isla. Allí, un grupo de científicos tiene a su cargo el tentador programa Búsqueda de inteligencia extraterrestre (Search for Extraterrestrial Inteligence, SETI). Este observatorio posee el telescopio, de un solo plato, más grande del mundo. Este radiotelescopio apunta hacia el universo para captar sonidos de galaxias distantes. Muchos integrantes de la comunidad científica creen que si, en alguna oportunidad, el hombre llegara a tomar contacto con vecinos “intergalácticos”, será a través del telescopio de Arecibo ¿Será una búsqueda sin sentido? Tal vez. Sin embrago, acaso tiene tanto o más sentido que la búsqueda de la fuente de la juventud eterna.

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