New York, la ciudad que nunca duerme

 Mi nombre es Angelina, soy Lic. en Turismo y de cierta forma me siento parte de la flia de Guajira Viajes y Turismo, y en este relato les contare algunos detalles sobre mi viaje a la “Gran Manzana”, algunos de ellos supe conservar en uno de mis primeros borradores de viajes.

Hablar de Nueva York no es fácil. ¿Qué puede contarse de una ciudad de la que ya se ha dicho tanto y que representa para los latinos uno de los destinos favoritos para visitar o ir de compras? ¿Qué puede decirse de este lugar que, al visitarlo por primera vez, se percibe familiar luego de haberlo visto tantas veces en películas y fotografías?

Es innegable que todo lo que ocurre en Nueva York trasciende al resto del mundo e influye en él. Es una de las mayores aglomeraciones urbanas del planeta, en la que diferentes culturas, razas y religiones se entremezclan a diario dando lugar a una composición cultural difícil de encontrar en algún otro lugar del mundo. Sin embargo, Nueva York es mucho más que la ciudad de los rascacielos, los escaparates, los museos, las galerías de arte, los teatros y las calles atestadas de gente.

 

Pero para ser sincera, el viaje a “la Gran Manzana” no era un sueño largamente anhelado, sino uno posteriormente adquirido, cuando el viaje era ya un hecho.

La preparación para el viaje fue exhaustivo, pues quería aprovechar al máximo los días que estaría allí. Entonces busqué mapas de la ciudad, del metro y preparé rutas con los puntos de interés apoyándome en Google Transit; compre una agenda y una guía que me permitió optimizar tiempos y hasta disfrutar de una mañana extra que no estaba contemplada en el itinerario original; por lo tanto, tuve la oportunidad de visitar otro museo y regresar a Central Park.

 

 
 

 

La llegada fue en el aeropuerto de Newark, en New Jersey, a 20 km de Nueva York. Este aeropuerto ofrece un servicio bastante moderno, que permite trasladarse hasta Manhattan (estación Penn Station) por tren en menos de 30 minutos (una vez tomado el Airtrain que conecta las diferentes estaciones del aeropuerto con la terminal ferroviaria).
El boleto tiene un costo de u$d 15 actualmente en NJTransit y u$d 30  en Amtrak, que es el tren de primera clase. Una vez en Penn Station es recomendable, según los tiempos y necesidades de cada uno, adquirir la tarjeta MetroCard, que permite utilizar ilimitadamente el metro las 24 horas del día y los autobuses de la ciudad hasta por una semana (con un costo de u$d 27).
Si bien es cierto que para conocer Nueva York la mejor manera es recorriendo sus calles y avenidas, es casi imposible visitar toda la isla sin subirse a un trasporte público, además de que se ahorra mucho tiempo. Por supuesto, que se puede alquilar un auto, pero se debe tener en cuenta que el estacionamiento cuesta, aproximadamente u$d 15 la hora.

El metro de Nueva York es, como toda la ciudad, bastante seguro, rápido y eficiente y ofrece la ventaja adicional de observar en una pincelada diferentes rasgos, lenguas y vestimentas que pueden sorprender a quien viaja en él.

Times Square es el corazón de Manhattan, el lugar donde confluyen el montón de personas que transitan por dia, que ofrece pantallas gigantes y brillantes luces de neón.
Al caminar por la avenida Broadway y sentarse en las escalinatas rojas de Times Square, se puede sentir que se está verdaderamente en el centro del mundo; hacia donde quiera que se mire el ritmo vertiginoso de la gran ciudad contagia y es inevitable, incluso, enmudecer ante lo que se está presenciando.

En Broadway los amantes del teatro y los musicales tienen una gran variedad de opciones, desde Mamma Mia y El fantasma de la Ópera, hasta Chicago y Memphis, por mencionar sólo algunos de los que se encuentran actualmente en cartelera.

Una buena manera de comenzar a conocer Nueva York puede ser desde las alturas. El Empire State Building es quizás el edificio más emblemático de toda la Gran Manzana. Durante más de 40 años este edificio fue el más alto de la ciudad, hasta la construcción del World Trade Center. Después de los atentados terroristas de 2001, este se convirtió nuevamente en el edificio más alto de la ciudad y en uno de los más visitados observatorios del mundo. En la planta alta Tom Hanks quedó maravillado ante la presencia de Meg Ryan en Sleepless in Seattle y Cary Grant esperó en vano a su amante, Deborah Kerr, en una de mis películas favoritas, An Affair to Remember.

Las filas para ingresar al Empire State suelen ser muy largas, por lo que el Top of The Rock (en el Rockefeller Center) se convierte en una gran opción, ya que ofrece vistas adicionales de Central Park, la catedral de San Patricio, el distrito financiero, muy a lo lejos de la Estatua de la Libertad y, por supuesto, del mismísimo Empire State Building. La entrada al Top of The rock cuesta u$d 21, prácticamente no hay que hacer fila para  ascender y también se puede adquirir por u$d 2 un mapa que indica los principales atractivos que se observarán desde las alturas.

Si de lo que se trata es de comenzar un domingo de la manera más neoyorkina posible, Central Park es la opción indicada. Todo pasa en Central Park: artistas callejeros, jazzistas, patinadores, violinistas, cantantes de gospel, grupos de rock, actores experimentales, pintores, paseadores de perros, carrozas tiradas por caballos, ardillas y, por supuesto, los famosos e infaltables corredores, dan vida a uno de los lugares conocidos de Nueva York.
¿Quién no recuerda a Macaulay Culkin dando de comer a las palomas en Mi pobre angelito 2?

En una extensión de 4 km de largo se pueden encontrar varios lagos artificiales, que ennvierno se convierten en pistas de patinaje, y grandes áreas verde usadas para diversas actividades deportivas. Caminar por las veredas del parque, sentir el aroma a pino, tirarse sobre el césped  y estar en un simpre contacto con la naturaleza es una experiencia hasta un poco extraña que vale la pena vivir en una ciudad enmarcada por los rascacielos y el ruido constante.
No hay que perderse el castillo Belvedere, The pond, The Lake y el Bow Bridge, además delcdonde fue asesinado John Lennon hace casi tres décadas atrás.

 

Please follow and like us:

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *