El Transiberiano ¨Del Kremlin a la Gran Muralla¨

¿Quien no ha soñado nunca con el Transiberiano? En el imaginario colectivo, este viaje mítico está íntimamente asociado a las peripecias de Miguel Strogoff, el Correo del Zar, inmortalizado por Julio Verne. Aun hoy, en la era de la tecnología, el recorrido sigue siendo una extraordinaria aventura.

El viaje absoluto, una travesía de la Tierra donde, día tras día, el paisaje desgrana las mas bellas ciudades de Rusia, de Siberia, de Mongolia, de China; las llanuras se extienden hacia el infinito, las montanas se elevan hacia un cielo de azul puro, fluyen los ríos color zafiro y se abre a nuestros ojos la extraordinaria belleza del Lago Baikal. Infierno y paraíso al mismo tiempo, Siberia es salvaje y misteriosa, con extensas marismas, impenetrables bosques, hielo eterno… Esta tierra indómita ha fascinado siempre a rusos y a extranjeros. En 1857, Nikolai Muraviev-Amurski, gobernador general de Siberia, lanza por vez primera la idea de la construcción de un ferrocarril entre Moscú y Siberia. Habrá que esperar hasta 1891 para que el proyecto sea por fin realizable. Siguiendo los deseos del zar Alejandro III, la primera piedra de la obra se puso en Vladivostok el 31 de mayo. El 12 de agosto de 1916 la línea fue definitivamente inaugurada, mas de 25 años después! Mientras tanto, se ha construido un paso a través de los Urales, se ha rodeado el lago Baikal, se han erigido largos puentes para atravesar el Obi, el Yenisei y el Amur, todo ello en condiciones climáticas y geográficas extremas. Toda la obra se realizó a mano, sin intervención de maquinaria, a un ritmo de 1.6 a 4 kilómetros diarios… 9289 kilómetros de longitud, 100 millones de metros cúbicos de tierra desplazada, 1 millón de toneladas de raíles y 12 millones de traviesas constituyen la mayor realización en la historia del ferrocarril, un record absoluto en su época. Más de 70.000 obreros y trabajadores forzados sufrieron en esta obra faraónica que costó más de 1000 millones de rublos.

Mongolia es uno de los territorios casi vírgenes del planeta, salvaje y prácticamente intacta. A caballo entre Europa y Asia, entre Rusia y China, sigue siendo “terra incognita” donde las distancias se miden en galope de caballo!. Pueblo de estirpe nómada, los mongoles están firmemente aferrados a su rudo territorio y a sus costumbres y tradiciones: el hábitat tradicional sigue siendo la tienda circular de fieltro o “yurta” y el principal medio de locomoción el caballo. Un mundo aun por descubrir…

Ing. Monica Giaccaglia


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