Hoy conoceremos Petra, la impresionante ciudad Nabatea y una de las 7 maravillas del mundo moderno. Petra no es sólo el imponente Tesoro, hay muchas otras maravillas y miradores que descubrir.
Hay que tener en cuenta que Petra era una ciudad, por lo que las cosas no están juntas. Para llegar a algún mirador o al Monasterio hay que caminar por caminos de tierra o subir cientos de escalones (es recomendable llevar un calzado cómodo).
Siq
Se inicia el recorrido con una maravillosa caminata a lo largo de un muy estrecho desfiladero, conocido como el Siq. Se trata de una abertura producida por un gran terremoto hace miles de años, separó el terreno formando el desfiladero. Según avanzas encuentras restos arqueológicos de diferentes altares horadados en la roca, donde los nabateos situaban a sus dioses paganos.
En los distintos tramos del Siq, este se ensancha o estrecha hasta límites casi insospechados. En el Siq, y antes de internarse en él, ya aparecen ruinas de templos. También acuíferos que llevaban el agua hasta la ciudad tallados en los acantilados . Hay restos de una entrada y cámaras subterráneas que se cree, eran usadas por guardias que defendían a la ciudad.
El siq, desfiladero para llegar a El Tesoro de Petra
El Tesoro
Finalmente, este paseo de ligera pendiente hacia abajo te llevará a un último muy estrecho tramo. De repente, se deja ver una pequeña parte del símbolo de toda una civilización, el Tesoro de Petra. A medida que se avanza, la visión cada vez es mayor hasta que se deja atrás la última pared y aparece El Tesoro completo.
Solo por recorrer el Siq vale la pena visitar Petra que es el mejor aperitivo antes de ver el paraje donde se encuentran las tumbas nabateas y el espectacular Tesoro de Petra.
Una vez que te hayas embelesado con la contemplación de El Tesoro puedes continuar por la derecha del Tesoro. A esta altura el camino comienza a ensancharse y pasa a llamarse el Siq exterior. Después de abandonar el Tesoro comienzan a aparecer numerosas tumbas talladas sobre la roca y se llega al gran teatro de Petra. Toda la estructura, desde las gradas hasta el escenario, fue tallada en la montaña hace más de dos mil años. En un primer momento podía albergar hasta 3000 personas. Pero cuando Petra fue ocupada por los romanos, decidieron ampliarlo excavando varias filas nuevas en la grada superior. Esto provocó que se seccionasen varias tumbas y muestra de ellos son las cuevas existentes sobre las gradas.
El Valle
Pasado el teatro, el Siq comienza a abrirse dando lugar a un amplio valle. Desde aquí se puede continuar hacia el centro urbano. A mano derecha se encuentran las Tumbas Reales, un conjunto de tres enormes tumbas que hace imposible no acercarse. Debido a su posición privilegiada, sus dimensiones y la riqueza decorativa hace pensar que perteneciesen a ciudadanos de alto rango.
Lo que más destaca de la tumba de la Urna es que se encuentra sobre una doble fila de arcos. Este elemento, aunque fue añadido posteriormente por los bizantinos, la hace única junto con la columnata excavada a su izquierda. Se cree que data del año 70 D.C. y que un gran rey está enterrado en su interior, La ventana central aún se encuentra tapada por una gran piedra tallada con la figura de un rey.
A escasos metros encontraras con otras tumbas muy deterioradas: La Tumba Corintia y la Tumba del Palacio. La Corintia es la primera y su nombre proviene de las flores que decoran los capiteles de sus columnas. La parte superior recuerda a la parte misma del Tesoro, aunque con menos decoración. Pegada a ella se encuentra la del Palacio que es la más grande de Petra. Su estructura recuerda más a la fachada de un palacio romano.
El Monasterio
La parte final de la ruta es la más exigente de Petra con sus más de 800 escalones. La subida al Monasterio transcurre por una grieta entre la montaña que se va subiendo escalón a escalón. Lo mejor es hacerla por la tarde, ya que la sombra ya da sobre muchos tramos. Subir sus 800 escalones al rayo del sol puede ser agotador.
Posiblemente, al ser más inaccesible que el Tesoro, el Monasterio no es tan conocido ni está tan masificado. Sus dimensiones son mayores que las del Tesoro pero su ubicación no es tan espectacular. El estado de conservación es muy bueno, sobre todo en la parte superior, que aún conserva muchos detalles. Su nombre se debe a las cruces talladas en su interior. Estas hacen pensar que se utilizó como iglesia por los bizantinos.
A escasos 100 metros de allí, hay un pequeño mirador desde el que se dice que un día despejado se puede llegar a ver Israel y Palestina. Además ofrece unas vistas preciosas del Wadi y del Monasterio
Recorrer el sendero y llegar a una de las mayores maravillas hechas por el hombre es sido espectacular. El momento más esperado del viaje no te defraudara, de hecho superara las expectativas. Las cientos de tumbas que hay por todos los lados, los paisajes espectaculares que se ven desde lo alto de las montañas y el resto de edificaciones complementan una ciudad digna de ser una de las siete maravillas del mundo moderno.
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