Fui a París unos días el verano pasado y mis impresiones (necesariamente preliminares y poco fundamentadas) se vieron reafirmadas por un artículo en The Economist que comparaba Londres con París. Históricamente estas dos ciudades se han disputado la capitanía de Europa, y en cierta medida vienen a representar la pugna entre el laissez-faire y el estatismo. Lo que sigue es un compendio de mis impresiones personales y datos del rotativo inglés. Aviso: París sale perdiendo.
1. Londres supera a París en casi todos los indicadores financieros. La bolsa de Londres, por capitalización bursátil, es dos veces y media la de París. Es el principal mercado de cambio internacional, derivados OTC y bonos internacionales. Como destino de fondos de inversores extranjeros, Londres es regularmente votada la mejor ciudad europea en las encuestas anuales de Cushman & Wakefield. Durante el período 2002-2006, Londres atrajo un 24% de la inversión extranjera directa de entre las 15 mayores ciudades europeas, frente al 19% de la región parisina.
2. Los londinense son, de media, un 8% más ricos que los parisinos después de ajustar el poder de compra a los precios. Londres es la ciudad más cara del mundo, pero sobre todo es cara para los que cobran fuera.
3. Un rasgo característico de Londres (fijaros en la silueta que encabeza el blog) es la cantidad de grúas que se alzan en todo el centro de la ciudad y alrededores. En el centro de París no hay ninguna. Este dato es muy ilustrativo. Londres es una ciudad que crece, que mira hacia el futuro. Se están construyendo decenas de edificios y complejos de viviendas. Varios rascacielos en la City y en Canary Wharf, incluido el que será el rascacielos más alto de Europa. En París solo están previstas algunas construcciones ambiciosas en el nuevo distrito financiero de La Défense, espectacular pero sin la vitalidad del nuevo downtown londinense, Canary Wharf.
4. El voto con los pies habla por sí solo. Hay 22.000 ingleses viviendo en París y 200.000 franceses viviendo en Londres (la población de la región urbana de París supera los 9 millones, la de Londres ronda los 8 millones). Desde 1997 se han instalado en Londres 700.000 extranjeros adicionales. Un 30% de la población ha nacido fuera del país (aquí no se incluyen los inmigrantes de segunda y tercera generación, que también son muchos), frente a un 14% en París. Londres también atrae a los inmigrantes más cualificados: un 35% de los inmigrantes que llegan al Reino Unido tiene educación universitaria, frente a un 18% en Francia.
5. Londres es una ciudad internacional repleta de inmigrantes. París es una ciudad francesa repleta de inmigrantes. En Londres hay una extendida conciencia de ciudad internacional, cosmopolita y multicultural. El estilo de vida que lleves y la cultura que practiques no le importa a nadie mientras trabajes y cumplas las leyes. Ser londinense es fácil, no creo que ser parisino lo sea tanto.
6. En Londres hay un clima empresarial positivo, una cultura business-friendly. Las empresas y en general la iniciativa empresarial están bien consideradas, la competitividad es intensa (incluso los autobuses públicos se avanzan entre ellos, no es broma), y abundan las oportunidades empresariales y laborales. Hay áreas con más desempleo que otras, pero ninguna llega al nivel de los suburbios parisinos más conflictivos. No conozco de primera mano el mercado laboral y el clima empresarial de París, así que poco puedo decir al respecto, pero intuyo que luce menos que el londinense.
7. París está más sucia. A veces me digo a mí mismo que no puedo sacar estas conclusiones de un viaje tan breve, pero me cuesta creer que la suciedad que llegué a ver (y oler) esos días no fuera representativa. Londres es, dentro de lo que cabe, una ciudad limpia. Y eso que es realmente difícil encontrar papeleras por la calle.
8. Londres, como todas las mega-ciudades occidentales, también tiene su proporción de mendigos, pero no es una constante. En París había muchos. De nuevo, no tengo estadísticas en la mano y a lo mejor mi experiencia está afectada por algún sesgo, pero yo me la creo.
9. París tiene más restaurantes con tres estrellas Michelin, y la cocina francesa es de por sí exquisita, pero Londres está desarrollando una industria de restauración con inspiraciones de todo el mundo que pone en entredicho aquello de que en el Reino Unido no se come bien.
10. Londres está tremendamente viva. Premieres hollywoodienses en Leicester Square, limusinas por Shaftesbury y Aldwych, luces y teatros en cada esquina del West End, Piccadilly y Chinatown abarrotados de noche, calles tomadas por gays en el Soho, fiesta en Islington y en Old Street, mercadillos kilométricos en Portobello, Brick Lane y Spitalfields, familias de picnic en Hyde Park y en Regents Park, gente tomando el sol en Canary Wharf, pubs llenos al acabar el trabajo… No dudo que París esté viva, pero no me pareció que lo estuviera tanto. El propio Sarkozy dijo de visita a Londres que ésta tiene la vitalidad que París necesita tan desesperadamente.
En definitiva, París es bonita y vale la pena visitarla. Quizás incluso vale la pena vivir en ella. Pero Londres juega en otra liga. Como dijo un ex-consejero de economía del ayuntamiento, “nosotros no competimos con París. Ya hemos ganado esa carrera. Nosotros nos medimos con Nueva York”. Naturalmente no a todos gusta esa liga, y varios de los puntos mencionados a favor de Londres tienen un componente subjetivo que puede ser valorado negativamente por otros.
Los puntos 4 y 5, por ejemplo, dicen poco a favor de Londres si uno es contrario a la inmigración, no le gusta la mezcolanda de culturas o es partidario de una asimilación muy estricta. El punto 6 y en general la idea de que Londres es extremadamente dinámica también tiene un precio que hay quien no está dispuesto a pagar: ajetreo, estrés, movimiento. El lado izquierdo de las escaleras mecánicas está escrupulosamente vacío para los que suben o bajan por ellas casi corriendo, que son muchos. Hay oasis de tranquilidad en el centro de Londres (en Mayfair, en Knightsbridge o en Notting Hill) pero fuera de ellos todo se mueve rápido. El ritmo de vida en Londres es muy activo, no es apto para todas las sensibilidades. Lo prueba el hecho de que apenas se ven personas mayores en las zonas más céntricas. A diferencia de cuando me desplazo en metro por Barcelona, en el tube de Londres no hay abuelos. En la superficie se ven más, pero pocos. Ni siquiera los semáforos de las calles duran lo suficiente como para que puedan cruzar tranquilos. Seguramente se van a vivir más a la periferia o fuera de Londres cuando se jubilan. O se vienen a España.
The Economist también señala que es más fácil innovar cuando tienes menos que preservar, y hay algo de cierto en esta afirmación. Londres tiene menos que preservar y no tiene miedo de romper moldes. Pero las ciudades son entidades vidas, no piezas de museo. La preservación de una ciudad histórica no puede hacerse a costa de su futuro, que es también el de sus ciudadanos. El novelista francés Marc Levy, afincado en Londres, da en el clavo cuando critica el inmovilismo en materia arquitectónica y de planificación urbanística: “París no se arriesga, le falta audacia (…) ¿Cómo puedes cultivar un deseo de innovar cuando la cultura que te rodea está orientada a la preservación?”.
Algunos se preguntarán si era necesaria esta comparación. Qué pretendo, ¿herir el orgullo de los parisinos? ¿Ofender a los amantes de la ciudad de la luz? No, la verdad. Londres y París son dos “rivales” clásicos, y en el fondo es una comparación entre el éxito de un modelo más abierto y libre, y el relativo declive de otro más cerrado e intervencionista. Me parece una lección relevante.
Puede que algún día le toque el turno a Madrid y a Barcelona, otros dos “rivales” clásicos. Aunque mejor no, que en este caso me temo que la mía tiene las de perder…
Fuente: Albert Esplugas. Blog de Albert Esplugas
Interesante, pero el tema de la libertad es muy controversial, en arquitectura Londres es mas liberal pero se siente frío en todos sus tipos de arquitectura a través de los siglos, muy poco colorido así como tampoco sueltan a la Reina, si se arriesgaron en ese sentido político quien sabe…
Paris es más colorido, la arquitectura es sobria, mayormente monocromática pero con bastantes detalles que lo hacen único, además de la vegetación, una se siente mas a gusto al ver un poco de paisaje alrededor.
Pero esta bien, la arquitectura de cierta manera representa la personalidad de los ciudadanos y efectivamente desde hace varios siglos los britanicos en si son mas cerrados mas educados y los franceses, mas abiertos y mas extravagantes