La industria del tabaco cubana está viviendo un nuevo florecer, ante la llegada de cientos de miles de nuevos visitantes a La Habana. Las fincas se convierten en verdaderas atracciones para el visitante extranjero, en donde micros llenos de turistas se acercan a diario. El objetivo: degustar comidas a base de cerdo asado, frijoles, arroz y ron.
Este auge turístico en la industria se da en el marco de una época de lluvias intensas que dañaron los cultivos de tabaco. Además, la competencia de las falsificaciones y los cigarros robados, también dañan a los tabacaleros. Sin embargo, este resurgir trajo cambios en la rutina de de las fincas.
La finca Montesino, una de las productoras más reconocidas, recibe visitas de grupos de turistas organizadas por las agencias de turismo estatales. Esta finca ubicada en la provincia de Pinar del Río, ha estado en las manos de la misma familia desde hacer tres generaciones. Y en estos momentos se reconvirtió para ofrecer charlas sobre el tabaco, además de brindar cócteles y comidas para los invitados.
De esta manera, la región atraviesa cambios importantes, pero al mismo tiempo mantiene la vida rural y tranquila de antaño. En donde los agricultores usan carros tirados por bueyes y los padres llevan a sus hijos en bicicleta a la escuela. Los pobladores esperan que los cambios traigan beneficios para la región, al mismo tiempo que les permita mantener su calidad de vida.
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Fuente: Clarín
