Cuando uno piensa en hacer turismo por lo general le viene a la mente visitar aquello lugares donde todo el mundo va en sus vacaciones, pero a veces el turismo no es ir una plaza o monumento el cual es muy visitado, a veces hacer turismo implica escaparse a un lugar poco conocido y solitario que puede brindar una experiencia increíble de tal magnitud como haber ido a la atracción o monumento famoso más visitado. En Gran Bretaña existen muchos lugares interesantes para visitar, pero son las islas del norte de Gales pequeños espacios que atraen cierta cantidad de personas por año. La Isla Anglesey la más grande, con 715 Km2 de territorio es la más visitada por los turistas. La isla fue el santuario de los celtas durante la invasión romana y ahora es el hogar de ruinas y estructuras que mantienen viva esta cultura olvidada. Conocida Ynys Môn, nombre en galés, nombre que se pronuncia en el español como “Inis Mona” es una isla a la cual se puede acceder tanto por mar como por tierra, ya que posee 2 puentes que la conectan con tierra firme.
La isla posee una topografía bastante plana, carece de montañas altas y sus paisajes están constituidos principalmente por playas, acantilados, planicies verdes y bosques. A lo largo del territorio se pueden observar ruinas megalíticas y estructuras de piedra, círculos de piedra que actuaban como tumbas para los antiguos habitantes. Algunas de estas tumbas datan desde el siglo X.
Debido a la presencia de estas estructuras de roca, la isla posee un aspecto misterioso confiriéndole el título de la isla de los druidas, se cree que los antiguos habitantes paganos realizaban rituales y celebraciones en algunas de éstas estructuras, por lo que los locales consideran la isla como una tierra llena de secretos y verdadera magia, incluso hasta sagrada. En ciertas épocas del año es común ver como se recrean algunas de dichas celebraciones entre las costumbres de los lugareños.
En la isla también es posible encontrar algunos lagos, el más importante es el lago de Llyn Cerrin Bach, que en de 1942 después de que fuera drenado se descubrió la presencia de numerosos objetos de valor los cuales se creen eran arrojados por los antiguos celtas durante sus celebraciones paganas.
La isla es el hogar de cementerios antiguos poco convencionales que datan del neolítico y principalmente están constituidos por inmensas rocas talladas, algunas han sufrido restauraciones debido a que fueron deterioradas con el paso de los año, otras fueron utilizadas para construcciones y algunas removidas y hasta destruidas. Hoy en día éstos monumentos son visitados por los turistas y aprovechan por pasear por los museos que cuentan las historias y el legado cultural de los antiguos druidas. De las estructuras de roca, las más importantes son las tumbas de Bryn Celli Ddu y el monumento funerario Barclodiad y Gawres, el cual consiste en una tumba con forma de cruz, la cual es única en su tipo con la excepción de una hallada en Irlanda.
Existen otros monumentos arquitectónicos de interés turístico que también poseen la característica atmosfera de los druidas, como el Din Iligwy, el cual consiste en casas de piedra ocultas en los bosques ubicados en los alrededores del pueblo de Moelfre, en las costas de la isla.
Otros monumentos históricos de interés, son el Llys Rhosrym el cual fue declarado Patrimonio Nacional al tratarse de la única instalación utilizada como Corte Real del príncipe Gwynedd que ha llegado a la actualidad casi intacta y cuya estructura está construida principalmente en piedra sólida. También está el Castillo Beaumaris, el cual es una imponente fortaleza mandada a construir por Eduardo I en el Siglo XIII, fue declarado también Patrimonio Mundial y está abierto al público como museo histórico actualmente.
El clima en la isla Anglesey por lo general es frío, pero esto no impide a los turistas deambular por sus playas y senderos, recorriendo pueblos, y otros puntos históricos como la Iglesia de San Cybi, el Holyhead, Conocerás el Faro de South Strack, los arcos de piedra en la costa de Bwa Gwyn, la Isla Llanddwyn, el Puente Colgante de Menai, el Puente Britannia y el Menai. También existen diversas reservas naturales que son visitadas por los turistas para disfrutar de la naturaleza en su más puro esplendor, para posteriormente descansar en las posadas que se encuentran distribuidas en cada uno de los pueblos y así probar el resto de la cultura local, en especial la culinaria.