Así como Madrid tiene su Gran Vía y Buenos Aires su Calle Corrientes, La Habana tiene su Calle 23.
Comienza esta vía siempre en movimiento en el Malecón, frente al mar, y subiendo por ella podemos encontrar una gran cantidad de edificaciones que albergan líneas aéreas, ministerios, cafeterías, restaurantes, centros de exposiciones como el Pabellón Cuba, y ya en la intersección de la calle L, el hotel Habana Libre, construcción emblemática de la ciudad, con numerosos servicios en su interior y sede durante muchos años de importantes eventos nacionales e internacionales.
Esa esquina de 23 y L pudiera calificarse como el mismo centro de La Habana actual, desde los años 50 del pasado siglo, cuando se construyeron, en años sucesivos, el cine-teatro Warner (después Radiocentro, y ahora Yara), así como el enorme edificio de la radio y televisión, y enfrente, una gran heladería para sofocar el constante calor húmedo que tiene la capital cubana.
Es una esquina llena de movimiento, sitio preferido por la juventud para sus paseos, a dos cuadras de la bicentenaria Universidad de La Habana, lo que se puede percibir claramente al ver pasar grupos de estudiantes con sus libros y cuadernos.
Se trata de una zona, sin dudas, donde hay para todos los gustosn culturales y gastronómicos. En torno a ella, tanto por la propia calle 23 como por calles aledañas, encontramos el Hotel Nacional de Cuba, una joya de la arquitectura y quizás el más emblemático hotel del país, por donde desfilaron, desde 1930, muchas figuras internacionales de la música, la política, el deporte y el cine.
Y hablando de cine, en la calle 23 podemos encontrar varias salas deproyecciones del séptimo arte, entre ellas La Rampa, Yare, Riviera y Charles Chaplin, ubicado ya en la calle 23 entre 10 y 12, donde radica igualmente la sede del Instituto Cubano de Artes e Industrias cinematográficas, ICAIC.
Con frecuencia se producen semanas de cine de diferentes países, lo que permite disfrutar de una amplia variedad de experiencias visuales y de contenidos, sin mencionar el Festival internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que cada año coloca a esta zona habanera entre las más cosmopolitas de la ciudad.
En materia de restaurantes, se ubican en esta calle el Mandarín, y frente, en áreas del Hotel habana Libre, el Polinesio, ambos con una añeja tradición de excelentes comidas y buen servicio. También se ubica un poco más arriba El Cochinito, donde se le rinde homenaje al paladar con platos y derivados del cerdo, que es una de las carnes más consumidas en el país.
Para tomarle el pulso a La Habana, sin dudas, hay que pasearse por esta calle populosa, donde predomina la gente joven, muy sobre todo en la emblemática intersección de L y 23, con cuatro esquinas muy atractivas: el Hotel Habana Libre, la famosa heladería Coppelia, el cine Yara, y la tienda Artex, para la venta de discos compactos y otros materiales relacionados con la música.
Para tomar un descanso, se encuentra en 23 y J el Parque de El Quijote, llamado así por la escultura de alambrón que preside el área, donde el personaje de Cervantes aparece sobre su caballo Rocinante. Aunque 23 se extiende más allá de la zona aquí reseñada, la parte que corre desde el malecón hasta la calle 10 es la más popular, y dentro de ella, el fragmento conocido como La Rampa, de unas cuatro cuadras de distancia.
Autor: Rodolfo de la Fuente
Editor: Héctor Danilo Pompa Dominique