En Nueva York también se pueden visitar un número importante de iglesias y templos, con edificios que llaman bastante la atención.
La más famosa, pero no la más grande, es la Catedral de St. Patrick, una de las pocas iglesias católicas en la ciudad ubicada en la 5ª avenida.
Una Iglesia por la que vale la pena darse una vuelta es la Catedral de St. John the Divine, en Uptown Manhattan, sede de la iglesia episcopal de Nueva York y la construcción neogótica más grande del mundo. Otras iglesias que tuve la oportunidad de visitar son Trinity Church y St. Paul´s Chapel, ambas iglesias pequeñas pero con un significado especial, por ejemplo, esta última, se ha convertido en lugar de homenaje para las víctimas del 9/11.
No hay ningún problema si se quiere entrar a cualquiera de estas iglesias o asistir a una celebración religiosa, pero es importante informarse bien sobre el culto que se practica, pues de lo contrario se puede confundir una celebración católica con una evangélica, como ocurrió en mi caso.
Como se podrá observar, hay mucho que hacer en Nueva York pues, nunca tendrias un día aburrido. Siempre encontrarás gente dispuesta a ayudarte, que incluso si decides utilizar el español, intentará responderte aunque no domine bien el idioma.
Pero por supuesto, el encanto de la ciudad depende de los gustos.
Ninguna ciudad es perfecta, así que si quieres ser protagonista, por un instante, de una de las tantas películas que has visto, entonces tienes que arriesgarte y conocer Nueva York, tienes que vivirla, sentirla, disfrutarla,… por eso, ¡yo sí prefiero Nueva York!