Entre los lugares de mayor atractivo turístico que tiene la capital de Cuba, se encuentra su zona colonial, y dentro de ésta y sus añejas edificaciones, destaca el antiguo Palacio de los Capitanes Generales.
Considerada por muchos como la obra de más importancia desde el punto de vista arquitectónico de todo el período de desarrollo del barroco erigido en Cuba, se inició su construcción en 1776, en el lugar donde se ubicaba la Catedral de la Habana, que cambio de lugar a un espacio cercano.
Desde entonces, y hasta 1898, sirvió de residencia y casa de gobierno a los 65 Capitanes Generales que ejercieron la máxima autoridad en la isla durante el extenso período colonial, y posteriormente fue utilizado como sede del Gobierno Interventor norteamericano entre 1898 y 1902, en que, desde su azotea, se arrió la bandera de los Estados Unidos para izar, por vez primera en un edificio oficial del país, la bandera cubana de la estrella solitaria.
La amplia edificación, que cubre toda una manzana, fue utilizada durante los 18 años siguientes como Palacio Presidencial, hasta que se construyó y estrenó en 1920 el nuevo Palacio, bajo el mandato del presidente Mario García Menocal, que sirvió como casa de gobierno hasta poco después del triunfo de la Revolución en 1959.
En Diciembre de 1967 el enorme edificio pasó a convertirse en Museo de la Ciudad, y a sus salas fueron trasladados numerosos objetos y colecciones de alto significado cultural e histórico.
Por ejemplo, en su Sala de las Banderas reposan varios ejemplares de la enseña nacional que fueron utilizadas durante las gestas por la independencia, así como en el exilio de muchos patriotas que contribuyeron a la independencia.
Es de señalar que en la sala se exhibe, además de la bandera nacional, otra bandera, llamada Bandera de Céspedes, por haber sido creada por indicaciones de Carlos Manuel de Céspedes, conocido como el Padre de la Patria, por ser el iniciador de las guerras por la independencia en la isla. Se exponen, además, diversos objetos pertenecientes a patriotas cubanos.
Entre las salas que puede admirar el visitante se encuentra el Salón del Trono, cuya construcción se hizo en imitación del salón del Palacio Real de Madrid. Además, el museo cuenta con exposiciones de valiosas joyas que pertenecieron a figuras históricas de diversas épocas, cubanas y extranjeras, como Catalina la Grande, de Rusia.
Desde el comienzo de la edificación en 1776, y hasta su terminación en 1792, este majestuoso y céntrico edificio de dos plantas y vistoso patio interior ha visto desfilar la historia de Cuba.
En uno de sus costados se encuentra otra importante edificación de la época colonial, el palacio del Segundo Cabo, actual sede de la editorial Letras Cubanas, y frente al antiguo Palacio devenido Museo, se encuentra una de las más antiguos parques de la isla: la Plaza de Armas, que tiene como centro la estatua de Carlos Manuel de Céspedes. Entre la Plaza y el Museo hay una pequeña y original calle construida con tacos de madera.
Cerca de todo este entorno, pasando la plaza, el turista que visita este punto cubano encontrará el Templete, sitio fundacional de la ciudad, del cual les comentaré en otro momento. Por ahora, solo recomendarles no olvidar el Museo de la Ciudad cuando decida viajar a Cuba.
Autor: Rodolfo de la Fuente
Editor: Héctor Danilo Pompa Dominique
Foto Via Flikr (http://www.flickr.com/photos/jhduarte/7610238434/sizes/m/in/photostream/)
