Cuando se recorre El Financial District da la impresión de estar en un Nueva York diferente, uno que solamente existe en los cuentos de hadas. Resulta sorprendente recorrer Wall Street y demás calles tan angostas que parecen dejar apenas espacio suficiente como para que circulen los peatones, lo cual no impide para nada admirar los edificios de diferentes tamaños y arquitectura que se enciman unos con otros, donde ser pasar por Trinity place, el Federal Hall y la Bolsa de valores, para dar finalmente con la Zona Cero y los cimientos de lo que será el One World Trade Center, en memoria de los acontecimientos del 9/11.
Al caminar por el Financial District bajo la ligera llovizna matutina es posible apreciar un innumerable desfile de hombres y mujeres que, enfundados en sus trajes, se dirigen paraguas en mano a sus oficinas pertenecientes a miles de corporaciones. En un momento las calles parecen desiertas, pero después de un rato, un ejército de hormiguitas, aprovecha la hora del almuerzo para poblar las diferentes plazas y negocios de comida rápida.
Esa mañana encontré mi mejor manera de enmarcar mi memorable paseo con uno de los mejores desayunos de todo el viaje: un delicioso café acompañado de un muffin, al más puro estilo neoyorkino!
Obviamente un viaje a Nueva York quedaría incompleto sin una visita a la Estatua de la Libertad. Existen salidas desde Battery Park hacia la isla de la estatua cuyo costo va desde u$d 12, pero a veces las colas pueden demorar varias horas, por lo que una forma más rápida es hacer el recorrido usando el Ferry a Staten Island.
Para llegar hay que tomar la línea 1 del metro y bajarse en la estación South Ferry. A pocos pasos se encuentra la terminal del ferry y el recorrido dura aproximadamente cuarenta minutos, tiempo durante el cual se cruza el río Hudson, pasando muy cerca del puente de Verrazano y enfrente de la Estatua de la Libertad. Por supuesto que las vistas de Manhattan son increíbles desde el río Hudson.
Aprovechando la visita al Distrito Financiero, se puede realizar un recorrido por el puente Brooklyn. Si de por sí verlo a lo lejos y tomarle fotos es sumamente agradable, ¡imagínense cruzarlo al anochecer con todas las luces de Manhattan de frente!
El puente Brooklyn es completamente seguro, es posible ver a cualquier hora del día se puede ver gente caminando, andando en bicicleta y corriendo en un sentido y otro. El puente desemboca en el City Hall o ayuntamiento, lugar muy agradable para visitar por sus edificios y jardines muy bellos.