Las calles empedradas, el ritmo pueblerino y esa atmosfera mágica que flota en cada rincón, a la vuelta de cualquier esquina.
Colonia esta más cerca de lo que pensábamos, más cerca que la costa atlántica, cruzando el charco en un breve viaje de tan solo una hora por el Rio de la Plata disfrutando del viaje, ahogando todos los problemas de la ciudad… convirtiéndolo en un destino a la medida de cualquier pareja que buscar reencontrarse con ese romanticismo perdido por el caos de la vida cotidiana.
Fundada por los portugueses hacia finales del siglo XVII, paso más tarde a manos de la Corona española; esa historia se ve reflejada en su singular arquitectura: casas de piedras se mezclan con antiguas construcciones en ladrillo aporte de la cultura española vencedora.
Caminar por el caso histórico es todo un plan que lleva a transitar la calle de los suspiros, visitar algunos museos (Museo del Azulejo, Museo Español, Museo Portugués y Museo Municipal) y concluir el itinerario junto al faro. Incluso se puede optar por recorrer Colonia de Sacramento en un carrito de golf (u$s 50). En los días cálidos la ciudad puede esperar y se puede optar por disfrutar desde el rio o en las chacras de los alrededores. Por la noche barcitos, cafés, y restos sorprenden con sus comidas típicas pero también con una cocina mas elaborada para los viajeros de paladar exigentes.