Mi viaje al Templo Blanco en Tailandia

El Templo Blanco

Asia es un continente donde vos podés encontrar grandes maravillas, no solo naturales sino arquitectónicas. Tailandia no es la excepción, al norte de la ciudad de Chiang Rai se encuentra el Templo Blanco o comúnmente llamado por los locales y turistas, el Wat Rong Khoun. Desde los años 90 éste antiguo templo budista fue reconstruido y restaurado por el artista tailandés Chalermchai  Kositpipat el cual utilizó su propio dinero para convertir el templo en su más extraordinaria obra de arte.

Cuando vos ves el templo por primera vez, lo primero que llama la atención es que es blanco, queriendo simbolizar la pureza y que está constituido por un edificio principal y un puente que están sobre un lago. Segundo el templo posee una decoración que representa la mitología budista relacionada con alcanzar la iluminación, al cruzar el puente pasamos sobre las estatuas de manos que salen del suelo tratando de alcanzarnos, esto representa el deseo y como un trasciende a la iluminación a través del puente al superar el deseo y la tentación. Los alrededores del templo y el puente están decorados por figuras mitológicas de la religión budista, como dragones y otros dioses que representan los guardianes del camino entre la vida y la muerte.

Ubosot

Al cruzar el puente se llega al edificio principal, llamado Ubosot. El Ubosot sería considerado como el cielo o paraíso que vos alcanzas cuando encuentras la iluminación, allí dentro es donde el artista Kositpipat dedicó un mural especial al templo en el cual incorpora elementos de la cultura popular como personajes de cómics americanos de Marvel y DC, de películas y cultura popular de la animación con los elementos religiosos de la mitología budista, todos en perfecta armonía, ésta es la razón por la que el templo se considera un templo postmodernista no completamente tradicional, porque a pesar de que se presta para ceremonias y sesiones de meditación por los monjes locales, también actúa como una atracción alegórica para los habitantes de Chiang Rai y los turistas extranjeros.

Detrás del Ubosot, se encuentran la casa de Oro y el museo al aire libre de Kositpipat, otro edificio más pequeño donde se pueden observar más obras del artista y se encuentran las áreas de descanso con sus respectivos comedores y baños para los visitantes. Vos podes comer un plato tradicional tailandés en un ambiente cómodo y relajante.

Museo de Kositpipat

En el museo de Kositpipat se pueden apreciar más obras del artista, las cuales se encuentran al aire libre en los jardines detrás del templo, a pesar de que el templo es un lugar asombroso y genial, se considera aún en la actualidad como incompleto, pues Kositpipat admite que hay más elementos que desea incorporarle al templo aún después de muerto, con la ayuda de sus discípulos, quienes han colaborado con algunas de las obras.

En los alrededores del museo al aire libre también podéis encontrar los respectivos quioscos de venta de artesanías y recuerdos de viaje, que hacen alegoría al templo y a sus obras, una de las que más llama la atención entre los compradores son las “hojas de los deseos” que consisten en unos pendientes plateados a los cuales se les escribe vuestro nombre junto con un deseo o un mensaje, luego el pendiente se cuelga de una pared donde van decorados el resto de las hojas de otros visitantes, dando el aspecto de un árbol metálico.

Al visitar el templo vos podés sentir una sensación de paz y serenidad, al encontrarse en un paisaje tan bonito rodeado por el lago y los jardines, sumado a los cantos de meditación de los monjes, no es de extrañar porqué el atractivo del templo es tan popular, porque ofrece un aspecto que no tienen el resto de los templos tradicionales, que son lugares que son más estéticos y poseen un arte más uniforme, en cambio el templo blanco posee esa combinación de mundos, la presencia de la cultura asiática y la incorporación de elementos de la cultura popular de todo el mundo, ya sean caricaturas, artistas musicales o de cine.

Concluyendo el Viaje

Una desventaja que posee el templo es que si bien posee un carácter moderno, aún se rige por ciertas normas tradicionales, las cuales no permiten la entrada de cámaras al edificio principal, por lo que es difícil para un turista compartir las obras de arte que están allí dentro con sus amistades en las redes sociales, pero esto en parte es algo positivo porque nos invita a que vayamos a admirar con nuestros propios ojos y desprendernos de los elementos electrónicos y vivir más vuestra vida por vosotros mismos, por lo que Kositpipat debe sentirse orgulloso porque de una forma u otra una vez que vos entras en el templo de alguna forma u otra cambias tu forma de pensar sobre como deberían ser las cosas y habrás avanzado un paso más en tu propia iluminación personal.

Conozca más en: https://goo.gl/Cau9Y3

 

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